NUEVAS TECNOLOGÍAS, NUEVAS FUENTES DE ANSIEDAD


Uno de los factores que está inflamando la sociedad actual es la pantalla. Estamos transformando el cerebro de las personas a pasos agigantados. El hecho de permanecer todo el tiempo alerta por las notificaciones está cambiando nuestro sistema cerebral y nuestro sistema de gratificación, al estar constantemente frente la pantalla con estímulos y gratificaciones instantáneas.


Si a esto le añadimos que el proceso de estrés se da, entre otras, cuando estamos en constante estado de alerta, y que la sustancia hormonal liberada en procesos de gratificación es la misma que en sustancias o actos adictivos (al consumir cocaína, heroína, marihuana, alcohol, al tener relaciones sexuales o ver pornografía se segrega la misma sustancia que al ver “likes” en Instagram), tenemos entonces una relación entre búsqueda de placer y estrés constante.

Dicha relación fue uno de los resultados a los que llegaron Sherman y sus colaboradores estudiando el Núcleo Accumbens (responsable de que experimentemos placer intenso al ganar un premio, tener un orgasmo…) mediante imágenes obtenidas por resonancia magnética. Pues esta zona del cerebro está relacionada con las adicciones, al ser la encargada de reconocer momentos de placer, intentando buscar más situaciones placenteras. Además, este estudio obtuvo otra conclusión: las redes sociales pueden hacer que los adolescentes estén más inclinados a realizar actos imprudentes, ya que se pudo ver en los jóvenes que participaron en el estudio, cómo se “apagaban” las zonas del cerebro relacionadas con el autocontrol y el seguimiento de las normas cuando veían imágenes arriesgadas, como grabarse conduciendo, cuyo efecto aumentaba cuando la publicación tenía una gran cantidad de likes.


Nomofobia

La nomofobia es el miedo irracional a estar sin teléfono móvil. La dependencia al dispositivo electrónico genera una infundada sensación de incomunicación en el usuario cuando éste no puede disponer de él, bien porque lo haya dejado olvidado en casa, bien porque se haya agotado su batería o esté fuera de cobertura. 


¿Cuál es el perfil nomofóbico?

Es típico de una persona que tiene falta de seguridad en sí misma y baja autoestima. Además, el hecho de mantener una relación a través de la pantalla hace que, a la larga, no seamos capaces de ser nosotros mismos cuando estamos cara a cara. Las personas inseguras se benefician al estar protegidas por un teclado y al poder expresar más cosas en la realidad virtual. Sería como un círculo vicioso, pues la inseguridad aumenta la protección de estar detrás de un aparato y, al pasar más tiempo con el artilugio entre manos, más habilidad adquirimos en su uso y más pánico tenemos al cara a cara.

En cuanto a la edad, la nomofobia suele darse mucho más en adolescentes, pues ellos tienen más necesidad de ser aceptados dentro del grupo, además de que los jóvenes están más familiarizados con las nuevas tecnologías que las personas más mayores.

¿Cómo saber si soy nomofóbico?

Síntomas que podrías sentir:

  • Sensación de ansiedad

  • Taquicardias

  • Pensamientos obsesivos

  • Dolor de cabeza

  • Dolor de estómago

  • Insomnio: una de las más frecuentes consecuencias de dichos pacientes con nomofobia, pues no pueden apagar sus móviles por la noche y ven interrumpidas sus horas de sueño.

Ejemplo:

“Mi vida circula alrededor de satisfacer al otro, así que, si me llaman y no tengo la posibilidad de estar conectado, me siento solo. Aparece el miedo a decepcionar a los demás”

Es decir: si estamos esperando una llamada y no contestamos, sentimos que estamos fallando, y el miedo se apodera de nosotros.

Lo primero que hacen los nomofóbicos al tener un móvil entre sus manos, después de un rato sin utilizarlo, es consultarlo inmediatamente.

“Es como el que tiene adicción al tabaco, que lo pasa mal cuando se le acaban los cigarrillos y que, en cuanto tienen la posibilidad de fumar, lo primero que hace es encenderse uno”


En relación con lo explicado, encontramos el término “phubbing”, el cual es refiere al hecho de rechazar o ignorar a alguien con quien estás conversando para mirar tu teléfono móvil. Según recientes estudios, el 90% de los adolescentes prefieren el contacto vía texto que cara a cara, y advierten que este fenómeno puede acabar reduciendo las relaciones sociales al intercambio de mensajes virtuales.

Dentro de las consecuencias negativas de las redes sociales, encontramos esa soledad disfrazada, donde se suele conocer o tener contacto con personas de una manera más alejada, y donde podemos acabar sintiéndonos más solos que antes, además de necesitar una constante vigilancia de las redes para sentirnos tranquilos.


Pau Vayá, 

psicólogo colaborador en Clínica de Llago